martes, 21 de julio de 2015

El tiempo alimenta la nostalgia, que se deja ver a ratos a través de esos ojos que ondulan como la marea, y que buscan consuelo en la oscuridad.
Hoy día llueve, llueve sangre
De las nubes que tapan mi corazón.
Y lo hacen ver gris, transformando mi cuerpo entero
En una escala monocromática.
Sabiendo que mi clima corporal no me favorece
Y manteniendo mi esperanzada ingenuidad
Que condensa mi sangre, para luego transformarla en llanto.

Soy el que siempre espera,
porque otra opción no tiene.
Soy el que siempre anhela,
porque otro corazón no tiene.

Atravieso un mar tan calmo como el mismo en su soledad. Esperando encontrar la otra orilla. Mi transporte es mi mente, de otra forma no podría atravesar esta melancolía intermitente. Quiero pisar tierra firme, y tierra húmeda. Caminar y darme cuenta que estoy vivo, y que tengo razones para estarlo.

La ansiedad me estresa, y la paciencia no la besa. Como una cuerda que la tiran desde las dos puntas.

¿Por qué solo puedo verte en mis sueños?
Un largo tiempo para darse cuenta de todo lo que ha pasado y no pasado, presente y no presente. . .
La gran interrogativa, ¿ Existe algo que determine las cosas que van pasando? ¿ O serán nuestras decisiones las que van haciendo nuestro camino?
Ha nacido una nueva razón
La inquisición de mi corazón
Una vista al futuro de una posible adicción
Un deseo carnal, una posición habitual
Un instinto inherente
Que habita en mi consciencia
En lo profundo de mi mente.
Amar es como fumar.

Las dos cosas son un riesgo.

Con ninguna aseguras tu felicidad.

Sabes que siempre vas a tener malos momentos a lo largo de tu vida, si es que optas por alguna de ellas, o ambas.

El que no arriesga no vive.

Movimiento es vida.
Habría que hacer un inventario de estos desórdenes mentales, físicos y espirituales.
Materia que ya no cabe dentro de este espectáculo de hormonas.
Mi cerebro nace y renace.
¿Será mi cerebro?
O quizás en esta nueva adaptación de mi ser humano, el núcleo se encuentra en otro rincón.
Los vacíos que voy dejando se van llenando de preguntas, preguntas que no necesitan respuesta.
Movimientos neuronales escasean un domingo por la noche.
¿Estaremos en temporada de caza?
¿O es que esta búsqueda de nuevos ambientes será constante?
El show va a comenzar y ni siquiera tenemos una rutina.
Pobre de mi futuro angustiante, mi pasado nostálgico y mi presente inconsciente.
¿Y cómo es que piensas entender?
Si estás leyendo desde fuera de ésta órbita.
Quizás es porque este sistema tiende a la entropía absoluta y al desorden astrofísico del mismo.

Del Macro al Micro.
¿O del Micro al Macro?
Reconociendo las especies
De cerebros destruidos
Llenas de sangre y cicatrices
con morales extraídas.

Tropezando y levantando
desde tu ego hasta tus sesos.

Algún día se detonará la bomba,
y ese infante distraído lo dejará de ser.

Así es como las plantas crecen en este jardín,
y las flores que no se marchitan,
se encandilan de placer.
El humo sale de mi boca
De mis ojos una lágrima que brota
Y es que estoy empezando a asumir
Que tu cuerpo no estará presente
Cuando termine de llorar

Siempre será tu maullido femenino
El que escucharé más fuerte

Aunque ya no estés aquí,
aunque ya no suene.
Aunque no te pueda hacer cariño,
y no vengas a mi cama a ronrronear.

(Alma, te amaré por siempre)

La noche atrae a los fantasmas
que se ocultan bajo la tinta.
Y ya es cuarta o quinta
vez que se aparecen del otro lado.

No tocan la puerta
No mandan un recado

Y así como si nada
uno tiene que tomar nota
de aquellas peripecias
que hacían los marcianos
De Marte y de Urano

En la sala de espera
Adentro de una caja.
Una caja abierta.
Contemplando perspectivas que había en aquel desierto...
Donde dejé un poco de mi,
un poco de ti, un poco de todo.

Y es aquí donde el flashback retorna
Y un Déjà vu que recuerda el futuro

Casitas de marfil
con duendes impecables
que traducen nuestro amor
en deseos y pasiones
imaginadas por el ser
que habita mi cerebro.

Son momentos instantáneos
y espontáneos,
guardados en cápsulas inquebrantables
Donde un gigante las resguarda
Porque son mi tesoro

Oh parece que encontré el dorado
Lleno de oro nunca antes visto
Formado por voces abstractas que piden lugar en el espacio sideral.
Y tan fácil como tu te abrigas de esponjas
El tenue degradé de luz que deja tu parpadear
Se transforma en la bella inspiración de aquel vomito escrito en papel
Puedo contar los días que me quedan con los vellos de tu pubis
Pero aún así
No es la hora
No es la hora
No es la hora de dormir
No es la hora de dormir, mi amor.
No sé por donde empezar, estaba atorado hace tiempo, y recién pude sacarme el corcho y exhalar perfume burdeo.
Si el tiempo se detuviera, y volviera a empezar sería como si no lo hubiese hecho. Ya que no hubo tiempo entremedio, por lo que es como si no hubiese parado.